viernes, 5 de enero de 2018

74. DEBATE, de Francisco Javier Aguirre

Debatían unas damas, expertas en latines y gramáticas, las diversas acepciones que la palabra duelo había tenido a lo largo de la historia. Convenían en que el término posee una etimología algo dudosa. En parte procede del griego dolos, engaño, pero al ser una voz aislada se incorporó en el latín tardío al grupo léxico del dolor, con el sentido de pena por la muerte de un ser querido, término muy utilizado en castellano.
Advirtió doña Lupe la homonimia, ya que también duelo significa lucha o desafío entre dos. En este caso, explicó la erudita, la base es el bajo latín duellum, forma primitiva del posterior bellum, guerra, debido al foco de atracción de duo, dos, que dio su nuevo significado al término.
Doña Casilda, que era viuda de un vinatero, quiso introducir de rondón el término duelas en el debate, como homenaje a su marido y para reforzar el feminismo en el lenguaje, pero no fue admitida la propuesta porque vulgarizaba el coloquio.
Tampoco fueron aceptados los ripios de doña Pura:

El duelo para el gorrino
en el día de su muerte
es alegría sublime
cuando llega la pitanza
a casa del campesino.

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