Vacío, como cuando tienes hambre y nada te sacia y sientes la levedad, la ausencia. Entonces te das cuenta que no tenías hambre y empiezas a preguntarte si es amor acumulado o tristeza. Yo creo que tengo ambas, admito que no siempre siento ese vacío, solo a veces cuando te recuerdo. Me he obligado a adaptarme al ahora en el que ya no estás. Me adapto con figuras inertes plasmadas en otro lugar para que yo las pueda ver, para no desplomarme ante tu presencia una vez no pueda evitarla más.
No disfruto, me enamoré de mi ira, no se va, me quedo yo. ¿Seré ella? tranquila, no me recuerda, no recuerdo y ¡qué importa! importa mucho o no importa nada, ¿seré otra? Me hieres, tu apellido, tu nombre, tus ojos, tu aroma, tus labios, tu calor, tu textura, tu voz, tu piel. Carnal, deseo piel. Amor, tu ego, tu sangre, no siento, no eres. ¿y si no eres? soy nadie. Te sé, me sabes, no te importa, lejos, no estoy y está bien.
Nada me llena, me lleno de ira, te recuerdo y me lleno de amor ¿por qué? Nada es, porque nada soy – sin ti, a veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.