Tras mucho caminar se detuvo, alzó la cabeza y vio el desierto. Se adentró en él decidido y caminó durante largo tiempo. ¿Y, ahora, qué?, se dijo. Ahora esperaré, meditaré y ayunaré. De pronto apareció Satán vestido de colegiala. ¿Qué quieres de mí? Concederte un deseo a cambio de tu alma. Tras reflexionar un rato, Jesús eligió poseer un reino. Eligió poseer riquezas, poder y gloria. Eligió subyugar a Roma, la soberbia, invasora impenitente. Y no le llevó mucho tiempo a Satán cumplir con su parte del trato. Y Jesús y sus acólitos consiguieron Roma y, con Roma, el mundo.
- Por cierto, ¿de qué vas vestido?
- ¿Y tú?
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