miércoles, 31 de enero de 2018

352. JOVEN GUERRERO, de Armando J. Sierralaya

Mientras se acercaba con su capa enrollada al cuello, tan larga que rosaba el suelo lleno de petalos de rosas, la gente gritaba maravillada por su presencia, yo aún siendo su rival, asombrado por la presentación de aquel joven, me sentí como uno más del público, desenvaine mi estaba, en posicion de ataque, confiado mire a los rostros ajenos de aquel tumulto que nos rodeaban, Menosprecie a mi oponente antes de tiempo, retome la mirada en él por sonido de su capa togando el suelo, ese golpe sordo me asustó; tan pequeño cuerpo, tan cicatrices de sorprendentes tamaños, mis pensamientos se volvieron palabras.
-Oh joven guerrero, ¿de donde nacieron tus grandes habilidades?.
Elévate alto joven guerrero, que al igual que un ave vuela por sus plumas, son tus cicatrices las que te elevaran hacia el cielo.
Y unos instantes después pusieron mi cuerpo encima de una cama de madera ya consumida, cubierto con unas mantas dí mi último aliento.
Es asi como termina la historia del hombre que murio a manos del joven guerrero

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