miércoles, 31 de enero de 2018
330. MIRADAS EN DUELO, de Daniel Borrego
Un imperceptible rayo de luz se coló entre sus miradas para iluminar la despedida. No hubo palabras, tan solo ojos frente a frente diciéndolo todo. Ella le dijo que lamentaba tanto reproche gratuito, tanta insistencia en regañarle por aquellas pequeñas cosas que la mataban. Él, vencido e impotente, quiso arrogarse toda la culpa. Era consciente de su dejadez y no sabía cómo tanta desidia había vencido a la pasión que un día tuvieron…porque hubo un día que los nervios…los bonitos, imperaban todo. Una sonrisilla se les escapó furtiva…vergonzosa. Estaban recordando cuando él removía cielo y tierra para hurtarle a escondidas el coche a su padre para recorrer mundo: un mundo no muy lejano pero para ellos inmenso. En un suspiro vieron atardeceres, lunas y amaneceres, juntitos, sin necesidad de palabras, tan solo miradas en duelo. El coche, maldito coche, se sumergió lentamente impulsado por el agua mientras unas furtivas lágrimas lo inundaron todo.
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