53. DUELO A MUERTE ENTRE AMOR Y DESAMOR, de Jose Alcaide

Por un sendero últimamente abandonado, un hombre y una mujer en sentido contrario caminaban. Las huellas de sus pisadas dejaban las finas hierbas dobladas. Las bellísimas flores que flanqueaban el camino y los verdes prados que lo rodeaban, silencio sepulcral guardaban, como adivinando el terrible duelo a muerte que se vislumbraba. En el pasado lo recorrían juntos, y hoy habían vuelto, sin saberse, hasta que se fueron acercando.
Sobre el Puente del riachuelo seco se cruzaron, pero no se detuvieron. Desde allí se observaba la Casa abandonada, que reforzó sus cimientos al percibir sus miradas. Siguieron caminando ambos sufriendo, ambos dudando, ambos perdonando…? Enorme la batalla que en sus adentros se estaba desarrollando. Hasta que instintivamente se pararon, miraron para atrás, y hacia atrás retrocedieron. Diez pasos al caminar, diez años al recordar. Sonó un ¡! HOLA ¡! hondo, suave y fuerte que arrancó desde sus almas emocionadamente.
Porqué no me has llamado…? A la vez los dos preguntaron. No esperaron respuesta, ¡! SE ABRAZARON ¡¡.
El terrible duelo interno había terminado. Triunfó el Amor. La sombra de la encina vieja donde tantas veces se besaron los acogió de nuevo y Encina, Sombra, Hombre y Mujer gozaron con ello.