lunes, 1 de enero de 2018

43. CENA DE DUELO, de Jose Luis Chaparro

Cumplido el plazo legal sin noticias del paradero de mi padre, mi madre solicitó la correspondiente declaración de fallecimiento. Ahora se cumplían diez años desde la noche que desapareció tras agredir a mi madre, como había tomado por costumbre. Ella organizó su duelo y aunque nosotros pensábamos que no las merecía en absoluto, sus amigos de borracheras, los vecinos que nunca nos auxiliaron y otros de la misma calaña, se prodigaron en demostraciones de cariño hacia su persona durante varias horas. Fueron todos ellos los que consumieron las albóndigas de carne que mi madre les ofreció llegada la hora de la cena. Unas albóndigas que ella guardaba con celo en el congelador del sótano y que fue amasando durante estos últimos diez años.

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