domingo, 14 de enero de 2018

111. VIOLENCIA DE SEXOS, de Natalia Toribio

Quedaron la tarde del domingo para pegarse en casa de él. Bueno, en realidad, quedaron en que ella le pegaría y él tan solo se defendería. Llevaban nueve días sin verse, así que se tenían unas ganas feroces. Imaginó su gran pene escapándose de aquellos pantalones diminutos que solía vestir durante los entrenamientos y supo que no le duraría ni dos patadas. No sé porqué le llamaban kick-boxing cuando querían decir follar.

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