domingo, 29 de enero de 2017

98 - EL CANDIDATO, de Ángel Gutiérrez

Somos amigos desde las juventudes del partido, él estudio Derecho y trabajo en un renombrado bufete jurídico, pronto se convirtió en un destacado miembro del grupo político.
Nunca, nunca soporte sus éxitos, me moría de envidia convertido en un periodista mediocre, invisible dentro del partido.
Nuestra amistad perduraba por encima de todo, yo era su gran amigo su confidente. Hace seis meses cuando Otelo fue elegido candidato a la presidencia del partido, me propuso ser su jefe de prensa, acepte sin dudarlo y comencé a trabajar duro. Siempre he usado mi letal influencia para hacerle tomar decisiones perjudiciales para su carrera y guardar pruebas de todo tipo, a veces falsas, que ahora he filtrado a diferentes medios como pequeñas dosis de veneno.
Hoy mi tenacidad ha dado su fruto, esta mañana le llamaron de la ejecutiva para pedirle que dimita porque el escándalo será mañana noticia de primera plana.
Me ha llamado, soy su amigo fiel, no sé qué hacer Yago me preguntaba desencajado, dimite será lo mejor, le he contestado mientras me sentía malvadamente radiante, había actuado como un feroz perro de Esparta más cruel que la angustia, el hambre o la mar.

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