martes, 31 de enero de 2017

129 - LAURENCE, de Cristina Martínez

1955. Despacho de un conocido productor cinematográfico. En aras de su anonimato, se le llamará "Productor".
Sentado frente a él, un reputado actor. Su nombre en clave será Laurence Aceitunier.

Laurence.- Tengo una idea.
Productor.- (Suspira)
Laurence.- Una idea muy buena.
Productor.- Larry...
Laurence.- No, escúchame. Va a ser un éxito.
Productor.- Te escucho.
Laurence.- Shakespeare.
Productor. - Joder.
Laurence.- Shakespeare en pantalla grande.
Productor. -No.
Laurence. - A todo el mundo le gusta Shakespeare.
Productor.- Shakespeare no le gusta a nadie.
Laurence.- Déjame crear.
Productor. Joder.
Laurence. No me coartes.
Productor.- Vete a crear a tu casa. Aquí estamos para ganar dinero. Y el dinero está en los musicales.
Laurence.- Ya.
Productor. - Gente bailando. Ropa rosa. Cosas que brillan. Esa onda.
Laurence.- Los musicales son mentira.
Productor.- Y hablar en verso delante de una cámara es verdad. No me jodas, Larry.
Laurence.- Podemos hacerla colorida.
Productor.- Colorida.
Laurence. Sí. Con pelucas.
Productor.- Pelucas, ¿eh?
Laurence.- Sí. Pelucas. Ropa que brille . Y cortinas fucsias.
Productor.- ¿Y... mallas apretadas?
Laurence.- No. Mallas apretadas no.
Productor.- Venga.
Laurence.- Que no.
Productor.- Pues persecuciones de coches.Y explosiones. ¡Y tetas!
Laurence.- (Suspira) Las mallas apretadas... ¿De qué color?

El Productor sonríe. Laurence Aceitunier traga saliva.
Oscuro.

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