-¡Madre mía!
Al verla bajar por la escalera del instituto su respiración se agitó.
Sus mejillas se encendieron y su corazón comenzó a latir alocadamente
como pajarillo liberado de su jaula.
Aquellos pechos exuberantes debajo de la camiseta naranja, aquellas
largas piernas y aquel cuerpo de contorno sin igual, le desbordaron
removiendo todos sus sentidos.
Ella se perdió entre el grupo de gente.
Él no podía apartar la vista del lugar donde desapareció.
- ¿Quién es?
- Hermana de los Puerco Espín.
Deseaba tocarla, besarla, poseerla………..
¡Los Puerco Espín! resonó de pronto en su cabeza.
¡No! no podía ser hermana de la pandilla rival. Todo le dio vueltas.
Su encuentro fue casual, pero el amor surgió entre ellos como una locura
compartida.
El calor de sus manos unidas, sus cuerpos amarrados en un abrazo, el
ardor de sus besos.
Todo era felicidad a pesar de la clandestinidad de su amor.
Solo la leucemia pudo acabar con su felicidad.
Ahora adentrándose en el mar la vio acercarse, se aferró a su mano y
juntos recorrieron el camino hacia la eternidad
La leucemia la aparto de su lado y él se iba con ella.
¡
Hola Amor! fue su último pensamiento.
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