martes, 31 de enero de 2017

115 - EL PSICODRAMA DE HAMLET, de Juan Carlos Martínez

En Dinamarca nadie entiende el origen de la locura de Hamlet y los reyes lo envían a un célebre alienista de Londres, para ver si tiene cura. Hamlet llega a la consulta y se echa en el diván mientras el médico toma notas y le pregunta por su mal.
-Converso con el fantasma de mi padre.
-Eso es un delirio. Oye voces, puede ser esquizofrenia. ¿Qué más?
-Siempre huelo a podrido en Dinamarca; todo el mundo anda espiando.
-Paranoico con alucinaciones olfativas -anota. De ánimo ¿cómo estamos?
-Triste, la vida carece de sentido.
-Melancolía – diagnostica. Quizás maniaco-depresivo. Cuénteme, ¿cómo empezó todo?
Hamlet cuenta su drama mientras el alienista se va alarmando cada vez más. No se priva de nada. Necrófilo de cementerios, impotente con su novia, ideaciones suicidas y encima con complejo de Edipo. Cuando ya le confiesa que quiere asesinar a su padrastro, el rey, el alienista palidece y suda, se levanta del asiento y le dice a Hamlet que espere. El caso es más morboso de lo que pensaba y puede terminar en tragedia. Arrebatado por la inspiración, entra en el despacho contiguo, coge la pluma y escribe en un papel: “LA TRAGEDIA DE HAMLET, PRINCIPE DE DINAMARCA”…

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