martes, 24 de enero de 2017

73 - FINAL ALTERNATIVO, de Ernesto Ortega

La joven actriz salió a escena e interpretó el papel de Julieta con la misma pasión que había puesto en todas las representaciones anteriores. Sin embargo, salvo por su belleza, esa Julieta poco se parecía ya a la inocente Julieta que tres meses antes había debutado en el teatro. Empezaba a cansarse del papel que le había tocado en el arte de la vida y de las insistentes llamadas que, a partir de medianoche, el consagrado actor que hacía de Romeo realizaba a su habitación.
Por eso, al final de la función, después de despertarse de su aparente muerte y encontrarse el cuerpo inerte de Romeo a su lado, sintió la necesidad de improvisar un monólogo insólito:
 –Romeo, mi Romeo. ¿Qué te sucede? ¿No respondes a mis palabras? ¿Acaso has muerto por mí? ¿Cómo puedes ser tan estúpido? Pues no estoy dispuesta a morir por ti ni una noche más. Tampoco me meteré en un convento ni volveré a abrirte mi alcoba.
A continuación, Julieta arrojó el cuchillo con el que debía haberse suicidado y, sujetándose el vestido con las manos, bajó del escenario para recorrer el patio de butacas y, ovacionada por el público, salir del teatro.

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