miércoles, 27 de diciembre de 2017

31. EL DUELO FINAL, de Alfonso Cabello

Corrían otros tiempos, los del honor en la empuñadura y la prosa en la boca. Eran apenas las 6 de la mañana, el canto del gallo pareció dictar sentencia. Allí estaban los dos, asistidos por sendos padrinos y un juez -¿imparcial?-. El uno barbilampiño, enjuto y nervioso como una damisela el día de su boda; el otro confiado y espigado, oteando el horizonte sobre la cabeza de su contrincante. Cuando el viento no corría a favor de ninguno y el gallo calló, el togado dio la señal con su pañuelo blanco. El brillo de los floretes zigzagueó indiferente a la alta o baja cuna de ambos. Iniciaron el baile con las piernas y la cintura. Combatían a muerte por su honor de caballeros. Días atrás un ultraje y una dama, habían mediado en el desafío que desembocaba ahora en tan singular pugna. La misma dama que apareció corriendo por el horizonte sollozando, implorando que acabaran son aquella locura… ¡No, no lo hagáis!. Había pasado media hora desde el inicio hasta el mortal desenlace. Ambos yacían postrados en el suelo, ambos vivos, frente a la dama. Un accidente había acabado con su enemistad. El mortal acero atravesaba su pecho.

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