jueves, 22 de diciembre de 2016

15 - A MI HIJA POST MORTEM , de Carmen Salinas

Adorada, siempre en mi recuerdo e hija de mi vida Julieta:
Era tu dicha lo único anhelado en mi vida y nunca lo supiste. Estimabas que ambicionaba casarte con el conde Paris, pero no, amado fruto de mis entrañas, batallé por tu felicidad junto a Romeo tanto como lo hiciste tú misma. Era yo quien informaba a tu nodriza de los movimientos de nuestra familia, quien procuraba y protegía vuestros encuentros. No me apesadumbra que fallecieras abominándome, yo nunca he importado y mi alma ya no sufre. Pero tú, amada hija, tú… Habías de tener un destino diferente al mío. No podía dejarte encarcelar en un matrimonio con una criatura que no murmuraba en el lenguaje del amor, que abrazaba el de la vejez, novicia hija mía, como hice yo. Pero había de disimular, Julieta de mi alma, tu padre nada podía saber.
Advertí que el único lugar en el que podríais amaros en paz no estaba en este mundo, por lo que, Julieta de mi espíritu, hija de mis amores, yo proporcioné al boticario el veneno que os calmó y que tan prohibido estaba en nuestra ciudad.
Nunca ha habido historia con más vida que la vuestra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.