Como el rio Pas en una de sus crecidas, el gentío iba en aumento a la par que avanzaba por las calles desde el barrio de San Pedro hasta llegar al de San Vicente, en donde se desarrollaba el último acto. La función había comenzado mucho antes. Los protagonistas tres conocidos paisanos de Vioño. Don Juan, el médico, era el agraviado, empuñaba un brillante florín con el que amenazaba de muerte a su joven boticario, Luis, y a la amante de este y bella esposa suya, doña Manolita. Desde hacía un año afinaban sus guitarras mientras el médico atendía a sus pacientes, hasta que ese 29 de junio, día de San Pedro, con motivo de esta festividad y no teniendo pacientes que atender, al ir temprano a casa, los había descubierto yaciendo en su propia cama.
-Don Juan -
Malditos sois cuerpos jóvenes
que pronto veréis final
castigando vuestro agravio
que no debió ocurrir jamás
-Doña Julia - (aparece en escena de entre el gentío una dama, es su enfermera)
Espere Don Juan
no mate por amor
ese amor ya lo ha perdido
su mujer nunca le quiso
pero si le quiero yo…
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