miércoles, 24 de enero de 2018

191. SALVACIÓN INTERRUMPIDA, de Davinia Cubillo

Entonces pensó que había liberado una bestia, la cogió con sus propias manos y la partió en dos sin apenas esfuerzo. Pandora le miró pasmada e impotente, esperando que terminara pronto su torpe momento de gloria, quedando desolada al ver que en mitad del duelo, caía el ánfora al suelo. Desde entonces todo el mundo la culpa a ella, piensan que si no hubiera abierto la maldita jarra no se habría liado tanto revuelo. Pandora miró triste hacia abajo, donde la esperanza del hombre yacía en más de mil pedazos. "Hubiera habido más que suficiente para todos" pensaba mientras recogía con lástima y cuidado los restos, si no la hubiera roto aquel valeroso guerrero.

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