163. ¿MAMÁ, OTRA VEZ LLORANDO?, de Mercedes Avelleira

Marcos entro en la cocina y me vio llorar. “¿Mamá otra vez llorando?. No puedes estar siempre así”. Él solo tenía nueve años y me hizo reaccionar. Hasta entonces nadie lo había conseguido. Otros lo intentaron antes, pero yo seguía sin superarlo. Habían pasado tres meses desde que el abuelo murió y la tristeza me atenazaba y me impedía ser feliz. Me hablaron entonces del duelo, ese estado por el que las personas han de atravesar en momentos difíciles de sus vidas, para superar una pérdida. Entonces lo decidí. No quería volver a ver esa expresión en el rostro de mi hijo, mientras yo trataba de disimular mis lágrimas. Tenía que superarlo. Solo los lunes, el primer día de la semana, solo ese y ningún otro. El lunes era el día en que podía llorar la pérdida del abuelo, lloraba y hablaba recordándolo. Después volvía a casa exhausta. No sé si el resto de personas que acudían también a la terapia experimentaron lo mismo que yo, pero a mí me ayudó y así lo superé. El duelo pasó y hoy no hay dolor, solo recuerdos del intenso amor que nos unió y que siempre estará presente en mi vida.