viernes, 19 de enero de 2018

153. INCOMPRENDIDO, de Eloina Calvete

Ningún mozo bribón podía engañarle. Aquel vanidoso chico pretendía robarle a su amada y él no lo consentiría. Se levantó diligente, presto a empuñar la espada en cuanto se hiciera con una. Le retaría, se batirían en duelo. Saltarían chispas con el choque de los aceros. Teresa le miraría con otros ojos y sus compañeros dejarían de considerarle un timorato soñador. Solo porque le gustaba leer cargaba con el sambenito de pánfilo y alelado. Pronto todos conocerían su verdadera personalidad…
— Alonso, despierta, te has vuelto a quedar dormido leyendo. Y otra vez con 'Don Quijote de La Mancha'. Como sigas así te lo vas a aprender de memoria.
— ¡Ojalá, mamá! No me canso de leer las aventuras de mi ilustre tocayo. ¿Sabes, mami? Yo no creo que don Quijote estuviera loco; más bien pienso que era como yo, un incomprendido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.