-Si te pinchan en las tripas mientras te defiendes hijo, El Gran Capitán no esbozará ninguna sonrisa, tu madre dejará de ser hermosa y no podrás honrar a tu bella Claudia; si mancillaran su honra. No dejará de llover en semanas; incluso puede nevar, y tu rival Malaspulgas, además de desleal deslenguado practica una defensa salvaje. El arma que tiene es un espadón. Cierra el foso y olvida ese enfrentamiento por honor, a muerte o primera sangre.
-Padre necesito tu espada certera. Aunque me ames accede al duelo clandestino. No habrá testigos. Soy pícaro e ingenioso y físicamente doy el pego con la Ropera. Mis saltos dejaran estupefacto a ese traidor.
-Hermano, nuestra santa progenitora no es menos agraciada que el culo de un sabueso, padre no es un marido ultrajado, ni a mí me falta honra; soy hacendosa y decente, tú no eres ningún cornudo como dice el indecente de tu ex amigo y no necesitas demostrarlo. Puedes pegarle con un palo, como a las bestias, y así lo llamas animal.
No vamos a permitir que pegues carteles poniéndolo verde. Comenta, a quien quiera oírlo, que ya se vengaran tus descendientes; y como eres eunuco y menor de edad…
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