-Madre Superiora.
-Diga, hermana Sara.
-Ha llegado un joven. No se encuentra demasiado bien, me hace suponer,
hágame caso, que ese chico también ha sufrido mucho.
-¡Dios mío!. ¿Se encuentra malherido?, ¿en cuál lugar de este convento
lo están atendiendo ahora mismo?.
-No, no, madre. No es eso, llegó hace un rato. Ahora duerme. No me
refiero a, compréndame, no es a un dolor físico al que hago referencia.
-Hable claro, hermana, me está impacientando y quiero saber.
-Creo que ha sufrido... mal de amores.
-¿Mal de...?
-Estoy casi segura.
-Hable más bajo hermana Sara, puede poner en alerta al resto de hermanas
por intentar ayudar después de lo ocurrido.
-Lo sé, madre superiora, por esto la aviso.
-Recuerde lo que pasó hace unos meses con el último que llegó en ese
estado. Aquel joven que se llamaba Romeo y tan mal acabó...
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