miércoles, 24 de enero de 2018

214. CINCO SON MULTITUD, de Ernesto V. Salcedo

Miradlos, floretes en ristre dispuestos a enfrentarse a muerte por mí, tan henchidos de sí mismos como de su hombría, mientras yo sufro los rigores del alba. Pero debo estar aquí. Deseo verlos batirse. Soy el origen de su deuda de honor. Ambos gallardos caballeros anhelan mi amor en exclusiva y por él están dispuestos a morir.
Tenemos al Marqués. Alto, vigoroso, con porte aristocrático. Su experiencia militar le da una ventaja sustancial frente a su rival. Cuando lo conocí en aquella fiesta, vestido, como hoy, con sus mejores galas, me fue imposible no encapricharme de él. Y así fue hasta que conocí a mi hermoso Licenciado, alma de las calles y tabernas nocturnas de la capital. Rufián cultivado, segundo hijo de un Vizconde, que con su labia hizo que enloqueciera en más de una madrugada. Si en la lucha se mueve igual que en la alcoba, tal vez tenga una oportunidad.
Comienza el duelo. El entrechocar de las afiladas hojas anuncia muerte. ¿De quién? No importa. Sea quien sea el vencedor, morirá esta noche. Así lo han jurado, entre mis sábanas, los dos padrinos aquí presentes. En fin, que puedo decir, soy una dama un poco veleta.

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